Flor y una emotiva carta.
Flor de la V vive un momento con dos caras. Esta sensación de tristeza y alegría la obligo a escribir una hermosa carta. Te invito a que la leas, vale la pena:
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"Si no me equivoco, son los hindúes quienes tienen un proverbio que dice algo así como: "La felicidad está tan cerca del dolor, que muchas veces lloramos de alegría".
Comienzo esta carta haciendo referencia a esta sabia paradoja, porque paradójicamente hoy es uno de los días más felices de mi vida…y uno de los más tristes.
Que al azar o al destino les gusta jugar con la sincronía y las simetría extrañas no es una novedad, pero lo que me ha ocurrido a mí hoy es una de esas cosas que invitan a la perplejidad más absoluta.
Ocurre que hoy cumplí, probablemente, el sueño más importante de mi vida, porque la jueza Ana Liberatori falló en mi favor, y me concedió el cambio de identidad en mi DNI. Dicho de otro modo, o mejor aún, dicho de un modo mucho más cercano a lo que siento que a los vericuetos legales, la jueza Dra Helena Liberatori falló a favor de que yo sea, por fin, quien siempre fui. La descarga ante semejante regalo de la vida fue ese llanto de alegría del que hablé al principio; tantas cosas se cruzaron por mi mente: las luchas, el sufrimiento, la humillación. Entonces lloré, tomándome la cara con mis brazos, esos brazos que nunca bajé aún en los momentos de mayor incertidumbre. Sí, lloré como una nena, la que siempre fui, la que por fin puede ser plenamente la mujer que hoy me siento ser.
Pero, claro, el destino tenía para presentarme la otra cara de la moneda, y en medio de mi felicidad me notificaron la muerte de Merlina Licht. Merlina era abogada; no éramos amigas, ni siquiera nos unía una relación social, pero ella fue una de las personas que con más convicción, energía y amor luchó para que muchas personas pudiera cumplir su sueño. Lo de Merlina fue casi una misión angélica; luchó contra los prejuicios, contra la burocracia, contra los intereses, todo sin otra vocación que ver triunfar el derecho de las personas a ser respetadas como seres humanos.
Es increíble, pero hay días que pasan grises, sin nada para recordar, y a mí, en el mismo día, se me cumplió el sueño más hermoso, y se murió la persona que toda su vida busco la justicia para todos. Una persona que tuvo todo lo bueno que puede dar la vida, y que sin embargo dio su vida por los que nacemos desprotegidos.
Un último y merecido agradecimiento a la Federacion Argentina LGBT, Esteban Paulon a Maria Rachid , Alberto Funes y a la ya mencionada Helena Liberatori por su contribución a esta pequeña gesta que, espero, pueda llegar al congreso para satisfacer por fin las demandas de tanta gente que lo necesita tanto como yo.
Y para vos, Merlina, todo mi amor y, estés donde estés, quiero que sepas que cada vez que tome en mis manos mi documento lo haré con suavidad y ternura, para que esa caricia llegue hasta tu alma hermosa."
Pablo Layus info@pablolayus.com.ar
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"Si no me equivoco, son los hindúes quienes tienen un proverbio que dice algo así como: "La felicidad está tan cerca del dolor, que muchas veces lloramos de alegría".
Comienzo esta carta haciendo referencia a esta sabia paradoja, porque paradójicamente hoy es uno de los días más felices de mi vida…y uno de los más tristes.
Que al azar o al destino les gusta jugar con la sincronía y las simetría extrañas no es una novedad, pero lo que me ha ocurrido a mí hoy es una de esas cosas que invitan a la perplejidad más absoluta.
Ocurre que hoy cumplí, probablemente, el sueño más importante de mi vida, porque la jueza Ana Liberatori falló en mi favor, y me concedió el cambio de identidad en mi DNI. Dicho de otro modo, o mejor aún, dicho de un modo mucho más cercano a lo que siento que a los vericuetos legales, la jueza Dra Helena Liberatori falló a favor de que yo sea, por fin, quien siempre fui. La descarga ante semejante regalo de la vida fue ese llanto de alegría del que hablé al principio; tantas cosas se cruzaron por mi mente: las luchas, el sufrimiento, la humillación. Entonces lloré, tomándome la cara con mis brazos, esos brazos que nunca bajé aún en los momentos de mayor incertidumbre. Sí, lloré como una nena, la que siempre fui, la que por fin puede ser plenamente la mujer que hoy me siento ser.
Pero, claro, el destino tenía para presentarme la otra cara de la moneda, y en medio de mi felicidad me notificaron la muerte de Merlina Licht. Merlina era abogada; no éramos amigas, ni siquiera nos unía una relación social, pero ella fue una de las personas que con más convicción, energía y amor luchó para que muchas personas pudiera cumplir su sueño. Lo de Merlina fue casi una misión angélica; luchó contra los prejuicios, contra la burocracia, contra los intereses, todo sin otra vocación que ver triunfar el derecho de las personas a ser respetadas como seres humanos.
Es increíble, pero hay días que pasan grises, sin nada para recordar, y a mí, en el mismo día, se me cumplió el sueño más hermoso, y se murió la persona que toda su vida busco la justicia para todos. Una persona que tuvo todo lo bueno que puede dar la vida, y que sin embargo dio su vida por los que nacemos desprotegidos.
Un último y merecido agradecimiento a la Federacion Argentina LGBT, Esteban Paulon a Maria Rachid , Alberto Funes y a la ya mencionada Helena Liberatori por su contribución a esta pequeña gesta que, espero, pueda llegar al congreso para satisfacer por fin las demandas de tanta gente que lo necesita tanto como yo.
Y para vos, Merlina, todo mi amor y, estés donde estés, quiero que sepas que cada vez que tome en mis manos mi documento lo haré con suavidad y ternura, para que esa caricia llegue hasta tu alma hermosa."
Pablo Layus info@pablolayus.com.ar
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