Muchmusic presenta Rock y Dictadura



El jueves 24 de marzo a las 22.00hs, MuchMusic pondrá en pantalla su primera edición de COMPLETO 2011; esta vez, buscará mostrar a 35 años del golpe de 1976, la relación entre Rock y Dictadura. Este documental analiza y recuerda cómo este género musical vivió los difíciles años de la dictadura y cómo desde la recuperación de la democracia, la música ha acompañado la búsqueda de memoria, verdad y justicia.


El 24 de marzo de 1976 Argentina entró al periodo más negro de su historia. Las fuerzas armadas usurparon el poder y marcaron al país con su terrorismo de estado. Los militares lo llamaron “proceso de reorganización nacional”, pero consistía en exterminar a todo aquél que pensara diferente; el congreso se disolvió y se persiguieron políticos, obreros, estudiantes y artistas.

La vida cultural de la Argentina también se vio afectada, y los músicos no estuvieron exentos. El rock y el público sufrieron en carne propia la intolerancia y la crueldad de los militares. En ese momento, para quienes estaban en el poder, el sólo hecho de ser joven ya era sinónimo de depravación, drogas y rebeldía. Ser joven, era ser sospechoso. Comenzó así la censura en las radios y discográficas donde, sin el visto bueno del “General”, no podía difundirse un tema musical o artista.

Perseguidos y amordazados por la ignorancia y la pacatería, muchos músicos tuvieron que exiliarse fuera del país y quienes se quedaban debían encontrar nuevas maneras para expresarse, tal vez con metáforas o utilizando otras palabras. Fue así como se generó una poesía diferente, y encontraron un modo “paralelo” para hablar. Charly García, por ejemplo, fue uno de los músicos que más describió el contexto de manera sutil e irónica. Su canción Alicia en el país, es recordada por todos y retrata la realidad argentina de esa época, a través de metáforas que los censores no llegaron a captar.

“Los músicos sufríamos persecución policial por el tema del pelo largo. Hasta me perdí conciertos en el Luna Park porque en la entrada estaba la policía que cargaba con palos enormes”, comenta Andrés Calamaro, mientras Pil Trafa agrega “A un mes del golpe, tenía el pelo un poquito largo, de repente me llevaron con otra gente de una disco que pasaba rock, y en la cocina me cortaron el pelo con una cuchilla, con el dolor y la humillación que eso implica”.

El exilio fue el destino de muchos argentinos que tuvieron que huir de su propio país para salvar su vida, como el caso de Lito Nebia que debió partir a México en busca de mayor libertad, luego de un año de estar prohibido y no poder trabajar. Gustavo Santaolalla también cuenta cómo vivió el momento: “Estuve preso como tantos otros, varias veces, desde los quince años, por averiguación de antecedentes, detenido por 24 o 48 hs. tuve la suerte de que nunca me lastimaron, pero sí vi muchas cosas, como golpeaban a la gente, y como desaparecían personas, y eso también tenía un costo cultural; las posibilidades de hacer cosas eran muy limitadas. Ahí decidí irme, por seguridad personal, por querer crecer artísticamente, por muchas otras cosas”.

Los Moura fueron una de las tantas familias que sufrieron directamente el terrorismo de estado cuando las fuerzas de seguridad entraron a su casa de La Plata. “Mi hermano se había ido a trabajar, vinieron ciento y pico de tipos mientras no estaba. Me tuvieron de rehén seis horas, decían que habían hecho un laburo de inteligencia de años. Yo era el más chiquito, y Jorge, era el mayor de mis hermanos, el que me había criado…. Lo único que le pedí al jefe del operativo era que me deje darle un beso de despedida, sabía lo que iba a pasar”, comienza a contar su historia Marcelo Moura, quien años después formaría Virus con sus otros hermanos, en donde recuerdan a Jorge con la canción Ellos nos han separado.

En aquel entonces, el rock planteaba otro estilo de vida, pero sin involucrarse con la política. Pese a ello, existía una lista de temas prohibidos para pasar; se prohibía escuchar a artistas de la talla de Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, o canciones notables como Ayer nomás (Moris y Pipo), o Enciende mi fuego (Doors).

Con la llegada de la guerra por la soberanía de las Islas Malvinas todo cambió: el rock dejó de ser un enemigo para transformarse en una herramienta más para los militares. El rock nacional pecando de ingenuidad y sin ningún objetivo de colaboracionismo, pasó a ser utilizado como un instrumento de propaganda. Un caso paradigmático fue el de León Gieco y su tema Solo le pido a Dios, quien explica sus sensaciones encontradas respecto al tema: “Por un lado era una canción que cantaban los soldados en Malvinas, lo cual me parecía un honor. Pero después de ser vencidos en la guerra, el Gobierno Militar la decreto de interés nacional, y esto me generó absoluta repugnancia, era el mismo gobierno que había matado y torturado a 30.000 argentinos”.

Como el enemigo hablaba en inglés, la junta militar decidió prohibir la música en ese idioma, y paradójicamente, esta decisión terminó impulsando comercialmente al rock argentino, convertido en un fenómeno de ventas.

El año 1983 estuvo marcado por la llegada de la democracia, y con ella el miedo y la represión quedaron atrás. La esperanza de un nuevo país se respiraba en la calle y eso también se vio reflejado en la cultura y en la música. Todo cambiaba para siempre.

La búsqueda de justicia tuvo idas y vueltas a lo largo de estos 27 años de democracia; en los que el rock siempre estuvo presente. En el 78´ las madres y abuelas salieron en plena dictadura a buscar a sus hijos y nietos desaparecidos. En el 85´, Alfonsín llevó adelante el juicio a las juntas y condenó a los responsables a cadena perpetua. Dos años más tarde, se vio obligado a ceder ante la opresión militar y dictó las leyes de obediencia de vida y punto final. En el 90, de la mano de Menem los argentinos fueron testigos del indulto, y fue así como los responsables volvieron a caminar por las calles. En el 2003, el gobierno de Kirchner impulsó la apertura de las causas. Durante todos estos años, el rock acompañó a la búsqueda de justicia de los organismos de derechos humanos; figuras internacionales como Sting o U2, y muchísimos artistas nacionales estuvieron siempre presentes para recordar lo sucedido y exigir justicia. Esta nueva edición de COMPLETO: Rock y Dictadura, pretende recordar cada uno de estos momentos de la historia desde la mirada del rock, con quienes fueron protagonistas.

Sin lugar a dudas, el rock entró a la dictadura como un fenómeno contracultural para unos pocos; llegando a la democracia convertido en un éxito masivo… ¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo fue el proceso? ¿Por qué las ventas dieron un salto estrepitoso? ¿Por qué muchos dijeron que el rock se vio beneficiado por la dictadura? Estos y muchos interrogantes más serán develados durante esta nueva edición.

Rock & Dictadura contará con el relato en off de Bobby Flores y testimonios claves como el de Estela De Carlotto, Gustavo Santaolalla, León Gieco, Juan Alberto Badia, Andrés Calamaro, Antonio Birabent, Lito Nebbia, Raúl Porcheto y Juan Cabandie entre otros que, sin lugar a dudas, harán de este envío una pieza importante en la reconstrucción de la memoria nacional, desde la siempre vigente, óptica del rock.

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