Tinelli no para de tatuarse
Una geisha y dos peces koi, en un entorno de flores, agua y piedras. Quiso sumar un dragón pero el tatuador se lo prohibió. El sitio exitoina.com habló con el tatuador.
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A comienzos de este año, y en el más absoluto secreto, Tinelli comenzó con este trabajo a cargo de Hernán Coretta, un joven y conocido tatuador nacido en Saavedra.
[ Me contó que desde que se había hecho el primer brazo, no había quedado del todo conforme, y que se quería hacer el brazo izquierdo con algo más artístico y libre“, cuenta Hernán a PERFIL desde su local del barrio de Belgrano. “La verdad, lo pensé. Hay veces que, ponele, te cae Anabel Cherubito para que le hagas un sol, y resulta que terminás cuatro horas charlando sobre un rayito. ¡Imaginate con todo un brazo de Tinelli!”, desliza Hernán entre risas.
—¿Qué te pidió específicamente?
—Me dijo que quería un dragón, una geisha y dos peces koi. Me fue tirando varios elementos. Finalmente, de todos esos eligió la geisha y el pez. Después yo agregué elementos de fondo como agua, flores y piedras, que generan la composición y el movimiento. Lo que hice también fue estudiar el trabajo anterior de su brazo derecho como para generar una continuación. Como ya tenía una virgen, tomé la referencia como para que tuviera otra mujer en el izquierdo y en forma simétrica.
—Tinelli tiene dos frases en su tatuaje anterior. ¿No te pidió ninguna?
—Sí, pero le dije que no. Yo no hago frases. Le sugerí que, si quería, le dejaba un lugar para hacerse una. No vale la pena: tiene mucho cuerpo para meter frases.
—Parece que estuviste muy seguro…
—Sí, yo trabajo así. Igualmente voy a decirte que estaba bastante nervioso. Recién cuando terminé y se fue sentí que bajé un cambio. Es un tipo que tiene una energía bastante fuerte. Sacando el personaje, es un tipo re de barrio, muy casero. Uno lo ve en la foto y dice: “A cuántas minas le entra por día”, pero no…
—¿No qué…?
—Me dijo que desde que se separó, no anda con nadie. Bueno, en realidad, si hace alguna no creo que me la cuente, ¿no? (risas).
—¿Y mientras hacías el tatuaje de qué hablaban?
—Fue gracioso porque él, una vez que arranqué con el tatuaje, me dice: “¿Te gusta el fútbol?”. “No, la verdad que no”, le respondo. “¿Te gusta comer asado?”, me pregunta después. “No, soy vegetariano hace 25 años”, le digo. Era cada vez peor, todo “no”! Encima ya le había dicho que no quería ir a su casa. Después está todo el tiempo hablando por teléfono. Lo vuelven loco.
—¿Te dijo que tenía ganas de continuar con otra parte del cuerpo más adelante?
—Sí, estuvimos charlando sobre la posibilidad de hacer algo en la espalda.
—Un tatuaje suele ser doloroso; teniendo en cuenta la dimensión de éste, ¿se quejó en algún momento?
—No, no manifestó dolor en ningún momento y eso me llamó la atención.
—¿Qué te parece que Tinelli arranque a los 50 a pintarse todo el cuerpo?
—Me parece que la tiene muy clara. Le importa tres carajos lo que piense la gente. Hoy, lo de él no pasa por rebeldía, sino por lo estético.
A mi personalmente no me gustan los tatuajes tan grandes pero me parece perfecto que a la edad de Marcelo teniendo dinero para hacerlo se haga lo que en verdad le gusta.
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