Mi columna: Muriendo por un sueño



En su momento de apogeo, en lugar de curarse Ricardo prefería estar en la tele. Tomaba morfina para no perderse notas, por ejemplo. Después de una de sus operaciones de la espalda, que grabó desde la clínica con filmaciones tremendas, estaba en el teatro viendo el debut de Aníbal Pachano... cuatro días más tarde. Su prioridad era aparecer en televisión, después su salud y sus hijos.
Ricardo fue uno de los personajes que en los últimos tiempos reivindicó la figura del mediático y le puso un poco más de talento, aunque a alguna gente le gustaba y a otra no. A diferencia de otros mediáticos, no era solamente el tipo que aparecía en la tele: le gustaba hacer cosas, producir teatro, tener sus proyectos.
Fort encontró el modo de conseguir su sueño por el lado mediático: mostrando su fortuna, sus excentricidades, sus guardaespaldas: era la cara opuesta de los millonarios del país, que siempre quieren ocultarse.
Funcionaba muchas veces como varios personajes a la vez: era uno en la tele, otro hablando de su vida, otro sin cámaras presentes... y hasta otro cuando hablaba de sus proyectos en teatro o en televisión. Igual, fue un tipo que no tuvo aceptación en muchos ámbitos: no fue al living de Susana, no almorzó con Mirtha Legrand.
Ricardo Fort sufrió su fama, porque la fama le provocó esa cosa de no cuidarse como debía. No lo hizo nunca. Él confesó que soñaba una muerte como la de Elvis Presley, con un velorio de tres días. Será recordado, seguramente, gracias a Internet.

Esta columna la escribí para el diario La Voz del Interior - sección Vos

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Entra a www.pablolayus.info y veras todo el contenido. Dejame tu comentario.
    No utilices este sitio para insultar. Tu comentario debe ser moderado y sin agraviar a nadie. Caso contrario sera eliminado de la lista.
    Muchas Gracias