Cinthia Fernandez recién depilada

Cinthia Fernadez estuvo en Paraguay. Fue a la disco Face a mostrar sus atributos. Pero los paraguayos quedaron desilusionados. Y hasta le criticaron su falta de limpieza.

Este fin de semana hubo una invasión de famosos argentinos en la movida asuncena y una de las figuras que más llamaba la atención fue la modelo curepa Cinthia Fernández, que tanto en la tele de ashá como en las revistas parecía una bomba infernal, pero flor de chasco se llevaron las 3 mil personas que coparon Face’s para verle a la modelo.

Sin la magia de la televisión y sin fotoshop, la participante del Bailando de Tinelli se presentó en el escenario de la disco para hacer su show  y los perros se quedaron sorprendidos y dijeron: “¡Esta nomás pio es!”.

La curepa no pasaba los 1.60 de estatura y para ser una celebridad no se cuidó de algunos detalles. Su pelo parecía sucio, su cabellera lucía grasosa. Y lo que más llamó la atención del público es que al parecer estaba recién depilada y los surcos del biquini estaban irritados. Además, cero producción porque apenas estaba maquillada y en champión.

Se especula que por esta argentina se pagó cerca de tres mil dólares (unos 12 millones de guaracas) y aunque las comparaciones son odiosas, las modelos nacionales como Ana Ríos, Jéssica Sly y Mirna Pereira, por citar algunas, son un balazo en relación a esta petisita. Nuestras tops le hacen 10 a 0 a esta argentina que es puro “márketing”.

El que dicen que fue todo un show fue Rubén Rodríguez, quien puso lo máximo de sí para que la curepa se luzca ante el público paraguayo. El “pionero” comenzó a revolear la tanga de la Fernández, quien siempre se ponía de espalda porque su único atractivo era su cola, pero tampoco era la gran cosa ya que en Paraguay hay mejores retaguardias. Un chismecito también sobre esta argentina es que cuando llegó a Face’s  (que era una fiesta de fin de año de tanta gente que hubo) parecía una chica más de las que habían, y cuando fue presentada como Cinthia Fernández, ahí recién la ubicaron. ¡No todo es lo que parece, ajépa!