Gracias a Clarín por la nota! !
24.02.2014
Por Agustina Binotti
La tía Valentina, Valentina Gestro de Pozzo. de Buenas tardes, mucho gusto (1960), fue la encargada de dar el puntapié de los que luego serían los programas de espectáculos en la televisión argentina. Desde ese entonces, los chimentos ganaron terreno en la pantalla chica y, junto con ellos, los noteros también adquirieron notoriedad.Al principio, aparecían como periodistas formales que, de traje y corbata, transmitían las noticias desde el lugar de los hechos. Sin embargo, el estilo descontracturado y la búsqueda de complicidad con los espectadores comenzó a ser cada vez más habitual. Este verano, desde los epicentros de las noticias, tanto Villa Carlos Paz como Mar del Plata, los noteros no pasaron desapercibidos. Y se convirtieron, para el público, en figuras más populares que los propios famosos que iban a entrevistar.Pía Shaw (AM, Telefe), Daniel Ambrosino, Alejandro Guatti, Pablo Layus (Intrusos, América) y Pablo Costas (Canal 9) supieron devenir personajes de la temporada. Cada uno imprimió a su cobertura un estilo propio y divertido. Ellos buscaron sorprender y lo lograron. Pía Shaw, desde la Feliz no dudó en ponerse en ridículo. La periodista hizo de sus notas algo distinto: jugó, se disfrazó y hasta avergonzó a su propia sobrina de once años: la hija de su hermana no quería ver cómo su tía lograba hacer malabares en al aire. “No soy un personaje.AM me dio la posibilidad de mostrarme tal cual soy: siempre estoy de buen ánimo, hago chistes. Soy alegre y me gusta pasarla bien, no soy estructurada. Tampoco tengo mambos con el cuerpo; si bien me estoy cuidando, sé que no soy una vedette”, confiesa Pía.Daniel Ambrosino y Alejandro Guatti, en la misma ciudad, también fueron de la partida. Con un beso en los labios entre ambos lograron captar la atención de todos. “El beso nació en la fiesta de cumpleaños de Javier Faroni (productor de teatro); queríamos que se dieran un pico Divina Gloria con Federico Bal, y nos dimos uno nosotros. Era algo divertido y pensamos que esa parte se iba a editar. Nos causó gracia la repercusión que tuvo. Con Alejandro somos amigos desde hace mucho tiempo. Hemos convivido en varias temporadas de verano, tenemos muy buena onda”, cuenta Ambrosino.Pablo Layus, instalado en Carlos Paz, fue ‘el hombre del sombrero’. Después de haberse insolado haciendo notas bajo el sol, el periodista tuvo que buscar un recurso para cuidar su pelada y se puso un sombrero que, sin quererlo, se convirtió en su símbolo del verano. “Se dio de casualidad. El primer día me olvidé el protector solar y me insolé. El segundo estaba nublado, pero salió el sol y estuve una hora y media en un móvil con Nazarena Vélez y me quedaron marcas, así que en el tercer móvil me puse un sombrero para no sufrir el sol. A (Jorge) Rial le pareció divertido y me desafió a tener uno distinto todos los días. Llegó un momento que era difícil conseguirlos. Lo dije al aire e Iliana Calabró me dio un par. Después me contactaron unas chicas que hacen sombreros en Córdoba y ellas me hicieron unos cuantos más”, explica Pablo.Desde la Villa, a quien le cambiaron las cosas de un día para otro y tuvo que jugar con dos cartas distintas fue a Pablo Costas. El periodista arrancó cubriendo la temporada para Implacables y terminó haciéndolo con un perfil completamente distinto para 90 días o menos. “No me propuse ser un personaje pero un día me tocó salir a buscar algo divertido, distinto a lo que venía haciendo ya hace algunos años con Más Viviana o Implacables. Un día me sorprendí a mí mismo saliendo disfrazado de oso. Son cosas que pasan y permisos que uno se puede dar en la tele del verano”, cuenta Pablo.¿En que cambiaron las coberturas del verano?Pía : Voy cubriendo ocho temporadas en Mar del Plata y quizá lo que más cambia son los personajes que van apareciendo. En este tiempo crecí mucho. Me encanta venir, Mar del Plata es como la cumbre de todo el país en el verano y me da la adrenalina para arrancar el año. Además, te da un vínculo especial con la gente. Disfruto mucho de la posibilidad de hacer móviles, me encanta. La paso muy bien en la calle y estoy cómoda.Ambrosino : Se fue aceptando más el periodismo de espectáculos. Yo llevo 14 años trabajando en la temporada, y la gente sabe que si llego a un lugar es porque hay algún quilombo en puerta. Pero, muchas veces pasa que, sin quererlo, somos más protagonistas que los invitados.Layus : Los programas de televisión en verano apuntan mucho más a lo que pueda hacer el notero. Nosotros somos los ojos de lo que pasa en cada ciudad. Además, los programas en verano son más largos y hay que llevarlos. Entonces, terminás preparando un show extra. Pero yo soy periodista y estoy preparado para cubrir cualquier cosa. No reniego de los chimentos, hoy estoy en Intrusos y lo disfruto, pero si mañana se da otra cosa, veremos.Guatti : “Este verano para hacer veinte metros quizás tardábamos 30 minutos, una locura. Quizá nos ven más reales. Nosotros somos los obreros del medio.¿Qué ganaron con el tiempo?Pía : Confianza. Antes el cronista iba con una sola pregunta a la figura, y ahora es más relajado. Es que ya con los artistas nos conocemos desde hace años.Ambrosino : Ganamos popularidad. Nos volvimos un miembro más de las familias del público. Ellos almuerzan o pasan la siesta viéndonos, se sienten cómodos con nosotros y nos lo dicen. Ser periodista es muy distinto a ser un actor. La gente se identifica con uno.
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