Magui Bravi no olvida su pasado.

A Magui Bravi ahora se la ve bárbara. Tiene un cuerpo perfecto, envidiado por las mujeres y admirado por los hombres. Baila fantástico y logró lo que tanto anheló en su carrera profesional. Pero su vida no siempre fue tan feliz.

En su adolescencia, Magui padeció bulimia. Ya había hablado del tema el año pasado, pero ahora, frente al doctor Cormillot en Cuestión de peso, detalló el caso con profundidad.

Pero antes, se subió a la balanza. Con un metro 52, la bailarina pesa 44, 7 kilos. Los profesionales aseguraron que su índice de masa corporal es saludable, aunque bajo.

"Tuve que aprender a comer, porque a los 17, 18 años tuve bulimia. Por eso tuve que dejar de bailar", explicó luego del pesaje, y contó que la enfermedad la atacó mientras trabajaba como bailarina profesional en una compañía de ballet clásico. "Me sobreexigía en todo lo que hacía", indicó.

El doctor Cormillot explicó que ese tipo de afecciones son muy comunes en el ambiente de la danza clásica, debido a las grandes exigencias que los bailarines deben cumplir.

Magui reveló que guardó el problema en secreto durante dos años, pero luego lo contó a sus padres. "Llegó un momento en el que vomitaba dos veces al día. Sentía que no controlaba nada y me dio miedo", contó, y agregó que los médicos le dijeron que estuvo muy cerca de tener osteoporosis infantil.