Opinión: ¨Mi obra maestra¨

PARA PONERLA EN UN CUADRO

Sin lugar a dudas “Mi obra maestra” es una de esas películas para poner en un cuadro, porque valga la redundancia de cuadros hablamos.
Esta coproducción argentina-española cuenta la relación entre Luis Brandoni (un pintor en el ocaso de su carrera), y Guillermo Francella (un galerista de arte que intenta vender los cuadros de su amigo, en la mayoría de los casos sin éxito).

Arturo Silva (Francella) es un hombre refinado, agradable y por sobre todas las cosas un comerciante. En cambio Renzo Nervi (Brandoni) es bohemio, desalineado y un crítico absoluto del sistema que lo rodea, él solo tiene la razón y el resto del mundo está equivocado.

A mi obra maestra la clasifican como una comedia negra, pero artísticamente esta película tiene todos los colores, porque hace reír, emociona, genera ternura y deja un momento para la reflexión.
El guion de Andrés Duprat es excelente y las actuaciones brillantes. Francella y Brandoni son una dupla de gigantes que derrocha talento, ductilidad y toda la magia que cada uno posee como actores. Raúl Arevalo, el actor español que los acompaña, también brilla en su papel de joven hippie que personifica al amigo del artista.

Mi obra maestra es una película para disfrutar de principio a fin. Es una joya del cine nacional que seguramente se colgará varios galardones si de premios cinematográficos hablamos. Pero en definitiva es una historia que le deja un interrogante a nuestra sociedad. ¿Qué valor le damos al arte? ¿Y al artista?.

JAVIER LLADA