Valeria Bertuccelli rompió el silencio: fuertes detalles sobre el maltrato de Darín


La actriz brindó una extensa entrevista a Página 12 en la que contó detalles de las situaciones vividas con su ex compañero.





Hace tres meses dijo por primera vez cómo se había sentido con Ricardo Darín durante la obra "Escenas de la vida conyugal" en una entrevista con Luis Novaresio.





Hoy en Página 12, la actriz fue más allá y dio detalles de la fuerte denuncia mediática contra Darín.





“Hablé porque empecé a sentir que me pesaba lo que había pasado, que fue tema de terapia mucho tiempo, años. Desde que terminé el teatro este es un tema que me atravesó, no hablar me pesaba más que hablar, venga lo que venga”, comienza diciendo la actriz.





Y ante la pregunta "¿Y qué fue lo que vino después?", Valeria señala:





–La sensación fue como una golpiza, del tipo “te vamos a dar para que te calles y no se te ocurra volver a hablar”. Estoy volviendo a hablar por eso. A pesar de que me da mucho miedo, pero si no atravieso ese miedo, me va a destruir la vida igual. Simplemente porque estoy diciendo la verdad, y sobre todo porque no se detuvo ahí, porque si se hubiera detenido solo con lo que ocurrió durante la obra, y ese rumor posterior horrible, sería una cosa, pero es el día de hoy que yo no puedo hablar de mi trabajo sin que me pregunten por esto, entonces empecé a sentir que es una manera de reducirme, y de reducir a las mujeres, tremenda. Yo presenté mi película que escribí, dirigí y actué, me fue bien afuera, fue bien de público, tuvo un premio importante y me seguían preguntando por eso, entonces si no salgo a hablar estamos todas en el horno. Y la verdad es que me golpeó mucho, pero a la vez ahora, siento que hagan lo que hagan, inventen lo que inventen, nada cambia lo que sucedió.





–¿Pero qué pasó con Darín? Porque tal vez no esté del todo claro, o al menos se insiste en que no hubo violencia de género.





"Si lo invertimos y yo soy la actriz que mientras él actúa estoy atrás de escena diciendo la re puta que lo parió y tirando cosas por el aire y después voy y le pido disculpas pero lo vuelvo a hacer una y otra vez y en el medio le digo que está loco y demás. Y después el actor se va y viene otro y le hago lo mismo. ¿Te lo imaginás? Y a los dos les inventan que se enamoraron de mí y las parejas los sacaron de una oreja para que se olvidaran. Es imposible. No resiste de ninguna manera esa chance, entonces sí, es un problema de género, a un tipo no le hubiera pasado lo que me pasó", dijo Valeria.





Luego detalló: "Trabajaba en situaciones muy tensas: con gritos, puteadas, pésimo clima de trabajo. Alguna vez escuché decir a alguien en la tele “ay, pero por unos grititos” y pensaba que naturalizar eso, ese maltrato, es un error enorme. Nadie puede hacer su trabajo entre gritos e insultos. Hicimos muchísimas funciones, pero me ha pasado de estar en una escena muy difícil de hacer, a menos que alguien crea que la actuación no es un trabajo, donde yo tenía que caer al piso partida del llanto y a la mitad de eso él estaba al costado del escenario, en bambalinas por supuesto, la única que podía escucharlo era yo, puteando a los gritos. Obviamente eso atenta contra tu trabajo, traté de hacerlo como pude porque pensé que se había caído una luz o algo y cuando terminé y le pregunté qué pasaba me dijo “es que están tosiendo, te distraen, son unos hijos de puta”. Eso pasaba continuamente: estar en escena y escuchar puteadas de él atrás".





–¿Y vos no hablabas con él?





–Yo volvía a mí casa, lo llamaba y le decía: “Ricardo yo no puedo trabajar así por favor no me lo hagas más”, y él me decía “estás loca, ¿qué te pasa? estás loca”. Al rato me mandaba un mensaje: “Perdoname, mañana hablamos”. Al otro día venía a mi casa, me pedía disculpas llorando, me decía “Yo te adoro a vos y a toda tu familia” y yo le decía “bueno, mirá, no estoy pudiendo trabajar, tiemblo mientras actúo” y él me daba la razón. Una vez llegó a decirme: “El problema es que sos demasiado inteligente”.





"Pero volvía a ocurrir con diferentes situaciones conflictivas y yo decidí dejar la obra. Y desde que yo dije que me iba hasta que hice mi última función todo fue peor. Hasta que pasó esa última semana de la obra donde en una escena había un empujón y me empujó más fuerte de lo que debería haberlo hecho", señaló.





–¿Te empujó en escena?





–La verdad es que para mí esto siempre fue complicado de decir porque sucede mil veces actuando que empujes, que te empujen más fuerte, y es parte del trabajo de la actuación dejar el cuerpo más flojo para no lastimarte, es algo delicado pero la lógica indica que si yo te empujo más fuerte de lo normal cuando ya hicimos esa escena mil veces, te pido disculpas enseguida. En ese momento, había una tensión tremenda, mi cuerpo estaba lejos de estar flojo y me asustó ver que se llegara a eso. No fue el golpe en sí mismo sino llegar a eso. Cuando volví a mi casa lo llamé a mi representante y le pedí que arme una reunión y que hablen con Ricardo. 





–¿Volviste a tener funciones después de eso?





–Él no me pidió disculpas por el empujón. Y yo pedí que en la próxima función hubiera alguien viendo porque si no, no me subía al escenario. Por supuesto, me llamó primero de la misma manera, diciéndome que yo estaba loca, y al otro día me llamó para pedirme de hablar antes de la función. Fui a su camarín y tuvimos una charla donde me dio una explicación y me dijo que le cambiaron la plantilla y se resbaló, por eso había caído más fuerte sobre mí. Me hubiera gustado que esa explicación fuera apenas pasó y no después de haberme dicho que estaba loca. A pesar de todo terminó el teatro y yo volví a mi vida".





Por otro lado dijo que se frenaba en hablar "porque pensaba que lo mío al lado de alguien que fue abusada o que fue golpeada no es tan grave, pero después entendí que son mecanismos que tejen poder".





"Por eso yo creía que con una disculpa nos limpiaba a mí y a Erica (porque somos dos actrices, con el mismo actor en el mismo teatro, haciendo la misma obra y explicando las dos exactamente lo mismo), y se supone que somos dos personas que él respeta, porque si nos llamó para trabajar debe ser que nos respeta, si él hubiera pedido una disculpa real, no esa disculpa de “ella me pidió que le pida disculpas aunque no esté de acuerdo con lo que dijo, porque ella está mal y como toda mujer que está mal merece ser atendida”, que es lo que dijo.





"Yo a pesar del miedo estoy mejor que nunca. Estoy reconstruyéndome y esto es parte de eso, pero si estos mecanismos machistas no salen a la luz es imposible que se puedan pensar maneras de desactivarlos. El tener que dar tantas explicaciones al respecto también es sintomático, eso de que nunca alcanza lo que expliques porque yo expliqué bastante, Erica explicó bastante y sin embargo siempre está puesta la mujer en el lugar de la duda. Aunque seamos dos", aseguró.





–¿Qué pensás del hecho de que Norma Aleandro dijera que no sabía de qué estabas hablando?





–Me sorprende mucho. No sé por qué lo dijo pero si sé que la obra sigue hasta el día de hoy: son un equipo de trabajo. Me da risa cuando los periodistas dicen “fuimos a hablar con tal” y con los que van a hablar son ellos. Si siguen todos trabajando juntos. Incluso hay gente que vio todo que no diría nada a favor mío porque trabaja ahí hace 50 años y andá a pedirle a alguien hoy, como está este país, que ponga en riesgo su trabajo para defenderte. Me dolió mucho sentir que todo fue reducido a un chisme de programas del corazón. Yo no dejo que nadie me maltrate, no hago nada con lo que no esté artísticamente de acuerdo y me bajé de un éxito y sobre eso nadie, absolutamente nadie, dice nada y reducen todo a una disputa entre machos. Imaginate si hoy pasa todo esto, ¿Qué hubiera pasado cuatro años atrás?





"Cuando lo escucho decir que el problema es que es un obsesivo del trabajo, y… la verdad que no. Yo soy una obsesiva del trabajo, llego dos horas antes, sigo pasando la letra, y del otro lado no pasaba lo mismo, más bien creo todo lo contrario, y en el caso de Erica pasaba lo mismo: hacernos gestos de “me estoy durmiendo” o “vamos, apurate” en el escenario no es propio de un obsesivo. Si vos estás actuando y el otro está de espaldas al público y te señala el reloj y te hace un bostezo, claramente eso te va a afectar", precisó Valeria.














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